Inicialmente comunista, luego devino en un fascista que fundo el colaboracionista Partido Popular Francés.
Se refugió en Alemania en 1944, e intentó organizar un Comité de libération française; murió al ser ametrallado su vehículo por dos aviones, posiblemente alemanes.
En 1915, con 17 años de edad, se instaló en Saint-Denis y trabajó en varias fábricas como obrero metalúrgico.
Doriot gozaba en esa época de una gran popularidad en el partido, apareciendo como un elemento prometedor.
Doriot era muy ambicioso, pretendiendo alcanzar cargos directivos, pero la Internacional no le concedió la posición a la que aspiraba.
Del devoto militante bolchevique que fue, se transformó progresivamente en un político hábil y calculador.
Doriot tuvo ocasión de acudir a Alemania para llevar al Partido Comunista de Alemania el apoyo del PCF, y observó allí el éxito del partido nazi.
En el seno del partido comunista, Doriot sufrió pues problemas provocados por sus ambiciones frustradas.
En 1933, se inician conversaciones entre los socialistas de la SFIO y los comunistas para organizar discusiones públicas sibre el tema de la unidad obrera, pero éstas se rompen, lo que reprueba Doriot, que querría crear un frente común.
Pero la Internacional continúa rechazando esta propuesta y Thorez recuerda que el Partido socialista es un emenigo.
Thorez se sirve entonces del diario L'Humanité para empañar la reputación de Doriot et deformar su posición.
Va incluso más allá, al presentar un proyecto alternativo coherente, que deja a un lado la revolución del proletariado y busca alcanzar el poder mediante una política basada en la colaboración entre las clases.
Durante el congreso anual en junio, Thorez propone la expulsión de Doriot del partido y esta moción es aprobada por unanimidad.
Esta expulsión provoca un desgarramiento en Doriot, pero especialmente una enorme cólera y sed de venganza hacia la dirección del partido.
Para difundir sus puntos de vista, utiliza el diario que dirige, L'Émancipation nationale.
Pero Doriot no consigue abrirse paso como esperaba, y se convierte en un elemento aislado en la extrema izquierda francesa.
Por ella, abandona la lucha en favor de la reconciliación, y anuncia un enfrentamiento abierto con el partido comunista.
Los historiadores están de acuerdo en que el Parti Populaire Français[5] representa la forma más próxima al fascismo que nunca haya existido en Francia, aunque algunos historiadores van más allá y lo califican como un verdadero partido fascista.
El partido se autodefine como de unidad nacional intentando agrupar a todos los franceses, salvo los dirigentes comunistas, pretendiendo asegurar al país la paz y la independencia.
Sin embargo sigue persiguiendo una unión nacional, con lo que no acaba de permitir al nuevo partido el deslizamiento indefinido a la derecha.
La venganza de Doriot sobre el partido que le expulsó sigue pues haciéndose sentir en su política.
Pero al llegar 1937, Doriot plantea una nueva táctica, que hace deslizarse el partido netamente a la derecha.
Doriot dimite del consejo municipal, pide la convocatoria de nuevas elecciones, pero sufre en ellas una derrota.
El partido se acerca enormemente a la extrema derecha, llegando hasta la Action Française: Doriot, ante la monarquía, declara que no se opone a esta solución, aunque no está todavía lo bastante «madura».
Presenta igualmente al nacionalismo como la doctrina primordial del partido y ambiciona inclusive orquestar un hombre nuevo.
En política exterior, el PPF pensaba actuar en un plano de igualdad con los regímenes fascistas italiano y alemán, pero ante la pujanza de estos dicha política se convirtió primeramente en una cooperación pasiva y posteriormente en sumisión.
Deplora igualmente en la juventud la pérdida del respeto a la fe, la autoridad, la familia, la nación y la patria.
El PPF acecenúa así su posición como colaboracionista, poniendo su confianza en la victoria final de Alemania.
Llegado a Sigmaringen con toda la nebulosa colaboracionista, Jacques Doriot era entonces optimista, ya que su partida hacia Alemania era para él una consideración táctica.
Doriot, Déat, Bucard y Brinon se encontraron con el propio Führer en diciembre de 1944 para intentar lograr esta ambición.