Sabía hablar 11 idiomas y se hizo amigo en Madrid del numismático Antonio Delgado, quien le aconsejó sobre el estudio de las monedas antiguas.
Fruto de su interés fue su monografía Memoria sobre las monedas libiofenicias o teudetanas .
Fue liberado gracias a las gestiones de Otto von Bismarck.
Decidieron vivir un tiempo en España para estudiar los sistemas de transporte en Europa.
Retomando su investigación numismática, publicó Estudio histórico de la moneda antigua española desde su origen hasta el imperio romano (1878).