Otros en cambio sostienen que ya entonces se empezó a involucrar con las guerrillas liberales de la zona.
Según cuenta la historia, un día el jefe de la cuadrilla le pidió a Jacinto que matara a un hombre, le hiciera el corte franela y se tomara cinco tragos de sangre.
[3] Cuando Almanegra fue capturado y posteriormente ejecutado por el Ejército Nacional, Jacinto Cruz Usma quedó al mando de la cuadrilla, reunió más hombres y se dedicó a asolar las veredas del norte del Tolima.
Su gran capacidad para moverse y recorrer diariamente grandes distancias a pie, alimentaban su halo de invulnerabilidad ante la tropa.
[3] Asediada, la cuadrilla remontó la Cordillera Central y operó durante un tiempo en la zona de los nevados.
De regreso al Tolima, dos semanas más tarde, ‘Sangrenegra’ cometió su última masacre.
Con total sevicia, mató a diecinueve campesinos incluidos 6 niños, en Totarito, Santa Isabel (Tolima).
Murieron varios bandoleros y ‘Sangrenegra’ resultó gravemente herido, pero pudo escapar.
Entre el lunes y martes, los fugitivos fueron abatidos cuando intentaban huir hacia la Serranía de los Paraguas.