Cada casa aislada tiene al lado su cabaña para almacenar el alimento del ganado.
Las puertas y ventanas están al mediodía; en las demás paredes apenas hay algún estrecho respiradero.
Viven de su pobre agricultura treinta y cuatro vecinos en este pueblo».
Allí imploran a su Señora para que les proteja durante todo el año siguiente.
El acto religioso alcanza su momento más solemne cuando el Coro de Izarra despide junto al resto de los presentes a su Virgen del Rosario al son del "Agur Jesusen Ama".