Iván el Terrible y su hijo

En 1885, una vez terminado el óleo sobre lienzo, Repin lo vendió a Pavel Tretyakov para exponerlo en su Galería Tretiakov de Moscú (Rusia), donde actualmente se encuentra.

La otra, de menor edad, muestra un golpe en la cabeza, del cual emana sangre, y, si miramos en detalle, cayéndosele una lágrima.

Mientras que la figura anciana viste ropas negras, la otra viste una especie de túnica rosada o color salmón, unos pantalones azul oscuro y unas botas verdes con detalles en una especie de color dorado.

Toda la escena se enmarca en el interior de una habitación en la que se puede ver un espejo y una puerta al fondo, una mesa o silla volcada en el lado izquierdo del cuadro (posiblemente causado por el forcejeo entre las dos figuras) y un suelo recubierto por alfombras de llamativas tonalidades rojas.

En este aspecto el artista consigue captar perfectamente la psicología del personaje, pero mostrando la escena de forma estremecedora, no idealizada.

Además, este temperamento colérico no solo viene dado por supuestos problemas físicos o mentales, sino que sus orígenes podrían atribuirse al ambiente en el que creció o a una serie de inoportunos acontecimientos ocurridos durante su reinado, como la pérdida de su primera esposa o su fallida campaña de expansión mercantil hacia Occidente por el mar Báltico.

En segundo lugar, y en oposición a esta visión patriótica, encontramos la postura que critica estas acciones genocidas.

Al igual que en su producción de retratos, Repin es capaz de captar la psicología del personaje al igual que lo hacía el pintor español Diego Velázquez en sus retratos a personajes marginales e históricos.

[2]​[1]​ Repin interpretó el ataque como una expresión de odio hacia su estilo artístico y los antiguos cánones del gusto con los que se identificaba.

Detalle de Iván el Terrible y su hijo (1885) de Ilía Repin