Sus habitantes ancestrales pertenecientes a la etnia añú conformaron la tribu de su mismo nombre (los zaparas).
Este envía en auxilio soldados, armas, municiones y bastimentos suficientes para atacar a los indígenas del caño Paisana de la Barra logrando someter con gran dificultad a los Zaparas, los que se aquietaron durante los breves años de su gobierno.
Esta gran confederación hizo causa común con el propósito de destruir los asentamientos españoles, en especial Nueva Zamora de Maracaibo y restablecer al dominio aborigen los espacios ancestrales que la invasión europea les había arrebatado tras someterles por las armas y esclavizarlos.
Una vez que tuvo suficientes hombres, armas, pertrechos, dos bergantines y reunir todas las canoas posibles, Juan Pacheco de Maldonado Zarpó del “puerto de Barbacoas” ubicado en Moporo, poniendo en práctica un ardid bien tramado para capturar a Nigale, dar muerte a los Zaparas o hacerles prisioneros.
Llevados prisioneros hasta Maracaibo y encerrados en su cárcel al cabo de pocos días fueron exhibidos como trofeo a la traición.