La isla está cubierta, en su parte central y meridional, por dos macizos montañosos erosionados, de orientación este-oeste.
Las montañas del centro están recorridas por numerosos valles protegidos, que se benefician de unas condiciones meteorológicas comparativamente más leves durante el breve verano ártico.
Las costas son variadas, con altos acantilados, lagunas costeras, humedales y playas de arena, rocas o guijarros.
En febrero, el mes más frío, la temperatura media diaria se aproxima a -30 °C.
La nieve no cubre el suelo más que unos 79 días por año de promedio.
A principios de 1820, el explorador ruso Ferdinand von Wrangel intentó en vano encontrar la isla.
Fue descubierta en 1867 por el ballenero americano Thomas Long, que la nombró en honor de Wrangel.
[5] En 1924, un buque soviético expulsó por la fuerza a una pequeña colonia de Inuit establecidos allí por los EE. UU.
En 1926, la URSS estableció una colonia permanente en la isla, donde hoy en día hay una estación comercial y meteorológica (Ouchakovskoïe).
[10][11] Una leyenda frecuente entre los chukchi siberianos cuenta de un jefe Krachái o Krahay que huyó con su pueblo (los krachaianos o krahays) a través del hielo para asentarse en las tierras del norte.
En 1764 el sargento cosaco Andréyev afirmó haber avistado la isla, llamándola «tierra Tikeguén» y encontró pruebas de sus habitantes, los Krahay.
[13] En 1849, Henry Kellett, capitán del HMS Herald, puso pie y nombró la isla de Herald, y dijo haber visto otra isla al oeste; posteriormente, fue indicada en las cartas del Almirantazgo británico como «Tierra de Kellett».
[14] George W. DeLong, comandante del USS Jeanette, condujo una expedición en 1879 tratando de llegar al Polo Norte, esperando ir por el «lado oriental de la tierra Kellett», que a su juicio se extendía mucho en el Ártico.
[19] Los exploradores fueron seleccionados por Stefansson sobre la base de su anterior experiencia y credenciales académicas.
Steffanson consideró que tenían conocimientos avanzados en geografía y ciencia suficientes para esta expedición.
Las aguas estaban libres de hielo, lo que facilitó su llegada en 1926, pero los siguientes años la isla permaneció bloqueada.
Prohibió a los nativos cazar morsas, lo que les puso en peligro de inanición.