Esta orografía propicia la formación de charcas y pequeñas lagunas que en invierno alcanzan cierta extensión.
La forma de la isla es casi rectangular, con un prolongado saliente rocoso que se proyecta hacia el norte.
También se conservan los restos de un hospital construido en 1652 y que funcionó posteriormente como lazareto.
Se llegaron incluso a elaborar los planos, pero todo quedó suspendido porque el rey decidió establecer su residencia estival en el Palacio de la Magdalena (Santander).
Los vecinos de Vilagarcía, mediante la Comisión Pro-Cortegada consiguieron que se declarase la isla parque natural público, paralizándose así las pretensiones urbanísticas.
La Isla es un gran referente para Carril, parroquia de Vilagarcía a la que pertenece la Isla, y por eso el incendio tuvo una gran repercusión en la ciudad, hasta tal punto, que los vecinos se echaron al mar con calderos para colaborar con los profesionales en la extinción del incendio.
Cuatro profesionales salieron en una embarcación hacia la isla, para intentar contener el incendio mientras no llegaban bombas de presión.
Hasta el alcalde de la ciudad, Alberto Varela Paz, se sumó a la cadena humana para cargar calderos con agua del mar.