Es famosa por sus misteriosas construcciones megalíticas: pirámides, plataformas, templos y carreteras.
Byron nombró la isla en honor del lugarteninente Charles Malden, que la exploró.
La isla estaba inhabitada, pero se han encontrado unas construcciones megalíticas notables y extrañas.
Durante la primera mitad del siglo XIX la isla fue visitada en numerosas ocasiones por balleneros estadounidenses.
Los Estados Unidos continuaron disputando la soberanía a los británicos hasta la independencia de Kiribati en 1979.