A los 18 años, como estudiante secundario, se hizo miembro de la Federación Juvenil Comunista (FJC).
Durante el primer gobierno de Juan Perón fue seis meses preso, cárcel que compartió con Rogelio García Lupo, con quien se hicieron muy amigos.
[1] Se hizo conocido desde aquel 1953 en que encabezó la campaña por la aparición con vida de su camarada Mario Ernesto Bravo, secuestrado por la Policía Federal.
Compartió redacciones con Andrés Rivera, Sergio Peralta, Juan Carlos Portantiero, Manuel Mora y Araujo, John William Cooke e Ismael Viñas.
Planteaba interrogantes para responder a quienes profesaban la fe en la tecnología como motor de desarrollo.