En sus escritos interroga sobre la situación de las mujeres y la posición que la ideología dominante les reserva.
[1] Defendió la educación de las mujeres cuestionando el determinismo de la naturaleza defendido por Jean-Jacques Rousseau y sostiene que las desigualdades entre hombres y mujeres no se deben a la naturaleza sino a las desigualdades sociales que acaban marcando roles diferentes.
Escribió en francés,[4] lengua de la nobleza en el siglo XVIII, y publicó anónimamente su primera obra en 1762 a los veintidós años: un cuento satírico sobre la nobleza holandesa, Le Noble ("El noble") que provocó un escándalo.
[3][5] En la misma época mantuvo correspondencia secreta con Constant d'Hermenches, un coronel suizo residente en La Haya, lo que le supuso una distracción intelectual cuando una joven como ella tenía dificultad para que la comprendieran en sus aspiraciones; es una especie de diario a cuatro manos en que los detalles de la vida cotidiana se mezclan con la complejidad de dos vivas personalidades.
[7] Por otra parte, compuso también piezas musicales para clavecín, instrumentos de cuerda y voz.
En este contexto Isabelle de Charrière mantuvo una posición diferente a sus contemporáneas: escribió una buena parte de su obra durante la revolución y adoptó las ideas revolucionarias pero no aceptó la imposición de la época: ni guarda el anonimato o se esconde con un seudónimo con nombre masculino ni escribe solo novelas sentimentales, considerado el género femenino por excelencia en la época.
En este periodo escribió tres novelas Henriette et Richard (1792), Lettres trouvées dans des porte-feuilles d'émigrés (1793) y Trois Femmes (1797), a caballo entre la historia y la literatura, que forman parte de los documentos históricos sobre la Revolución de 1789.