La irreligión es un concepto poco frecuente entre los libaneses, para quienes el Islam y el cristianismo son las creencias predominantes.
[1] Es difícil cuantificar el número de ateos o agnósticos en el Líbano, ya que no se cuentan oficialmente en el censo del país.
[1] Hay un gran estigma asociado a ser un ateo en el Líbano; por ello, muchos ateos libaneses se comunican a través de Internet.
[1] Es difícil no declarar la religión de un recién nacido en la partida de nacimiento, aunque un bebé en 2014 lo consiguió, lo cual supuso un hito histórico.
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