Irene Polo

Su padre, Antonio Polo, era guardia civil y murió joven; su madre, Francisca Rojo, tuvo que sacar adelante a la familia con la ayuda de la hija mayor, Irene, que tenía dos hermanas más pequeñas: Rosario (1913-1984) y María (1911-1983).Inició la carrera periodística en 1930 en la revista Mirador y ejerció la profesión en Barcelona, de manera apasionada y a menudo beligerante, hasta el año 1936.[5]​ Las crónicas publicadas durante esos años en Imatges, La Humanitat, La Rambla, L’Opinió, L’Instant y Última Hora son un valioso testimonio, irónico y brillante, de la sociedad y la política de aquella época: desde artículos sobre los usos de la moda –la introducción del pantalón femenino, la aparición del escote– hasta reportajes de denuncia social –la mendicidad en Barcelona, las pésimas condiciones de vida de trabajadores e inmigrantes– o de alerta política –como el reportaje en el que se hace pasar por seguidora de las Juventudes de Acción Popular o los artículos dedicados a la censura, de la que ella misma fue víctima.Antes, sin embargo, hizo escala en Galicia, donde entrevistó al político Casares Quiroga.[3]​ Cuando en 1939 se disolvió la compañía, Irene Polo, que no podía volver a Barcelona acabada la guerra civil, se quedó exiliada en Buenos Aires.