Frecuentando su estudio, Caffi mejoró su propia técnica y se especializó en paisajes.
Después del 1860, con la Unidad de Italia, Caffi volvió a Venecia.
Toda su vida logró llevar un nivel de vida bastante alto vendiendo sus cuadros, algunos copiados muchas veces para los nobles europeos, entre los cuales estaba el mismísimo príncipe de Austria.
Con la gran exposición en Venecia con ocasión del centenario su muerte se revalorizó mucho su pintura.
En el Museo Civico de Belluno están conservadas sólo estas pocas obras: Otras obras están conservadas en museos, villas y palacios de muchas ciudades italianas y europeas: Ciudad del Vaticano, Copenaghen, Roma, Turín, Treviso, Trieste, Venecia.