Las hojas alternas miden hasta 40 cm de largo y 15 cm de ancho, son lineales-lanceoladas a ovadas en su forma, algunas ampliamente lobuladas, cubiertas con pubescencia estriada y con pecíolos ligeramente alados.
[2] La raíz, fresca o seca, suele usarse con motivos medicinales en todo México para aliviar el dolor de espalda y de los riñones, el cataplasma se aplica tópicamente al sitio del dolor.
En el Morelos colonial, la gangrena fue curada usando polvo de la raíz tostada (Martínez, 1989).
Esta especie (reportada por el nombre de Náhuatl "chipaoacíztic" o "hierba contraria a los venenos") ha sido identificada en el periodo Colonial mexicano como un tratamiento efectivo para las heridas, mordeduras y dolores (Valdés y Flores, 1985).
Además, el xantorrizis sesquiterpénico mostró un efecto citotóxico marginal frente a las células KB (Aguilar et al.
Otros nombres comunes utilizados en una base más local son: "bauji" (Nayarit), "corsonera" (Sonora), "coyorí" (Chihuahua), "cuauhtolotlanenci" (Hidalgo), "cuatolotlanenzi", "gentiana de país" (Michoacán), "hierba del oso" y "liga" (Estado de México), "tecpahtli", "tlacopatli" (Jalisco), "tlalpopolote" y "zacapal" (Morelos ) (Martínez, 1989, Villavicencio, 1995).
[2] Francisco Hernández, en el siglo XVI relata los usos siguientes: afecciones renales, alcalinizante, alexitere, antipalúdico, aperitivo, para inflamación de la garganta y tónico aromático.
[1] Para el siglo XX, la Sociedad Farmacéutica de México la señala como: antidisentérico y pectoral.