Los reyes espartanos en su política de menoscabar el creciente poder del imperio ateniense, cimentado y afianzado por la Liga de Delos, periódicamente llevaron a cabo una serie de invasiones del territorio del Ática, principalmente, durante la guerra arquidámica (431 a. C.-421 a C.).
Estas invasiones anuales, que tenían lugar desde hacía años, reunían a los dos tercios de cada estado miembro o aliado de la Liga del Peloponeso presidida por Esparta.
Distaban mucho de ser eficaces, al margen de minar la moral ateniense, por varios motivos: