El mismo día, el Gobierno británico envió un mensaje al Gobierno de Islandia, que indicaba que el Reino Unido estaba dispuesta a ayudar a Islandia en el mantenimiento de su independencia, pero requeriría colocar instalaciones en la isla para hacerlo.
Asimismo, los británicos estaban ansiosos por obtener bases en Islandia para fortalecer la Patrulla del Norte.
[9] El plan británico era aterrizar todas sus fuerzas en Reikiavik, aplastando cualquier resistencia local.
Para contrarrestar cualquier intento de contraataque alemán por mar, asegurarían el puerto y desviarían tropas por tierra hacia la cercana Hvalfjörður.
Aunque había un núcleo de oficiales en servicio activo, los soldados eran nuevos reclutas entrenados y solo parcialmente.
[12] Fue acompañado por un pequeño destacamento de inteligencia con el general Humphrey Quill y una misión diplomática encabezada por Charles Howard Smith.
Al no enfrentar resistencia alguna, las tropas se movieron rápidamente para inhabilitar redes de comunicaciones, asegurar localizaciones estratégicas y arrestar a ciudadanos alemanes.
Resignándose ante la situación, las autoridades islandesas le dieron a las fuerzas invasoras una cooperación de facto.
[15] Las fuerzas británicas, limitadas en número, se vieron obligadas a sobre extenderse para poder cubrir el territorio de la escarpada isla.
A esto se les sumó una fuerza canadiense en octubre del mismo año, pero pocos meses después esta fue trasladada nuevamente al Reino Unido.
Solo cuando el Reino Unido dio el primer paso se presentaron planes reales en el alto mando alemán para tomar la isla bajo el nombre de Operación Ícaro, pero debido a problemas logísticos este plan nunca se llevó a cabo.