[4] Producto de la fuerte presión y fuerza del río crecido también se vio afectado el puerto.
También se cortaron las amarras de varias embarcaciones, que quedaron a la deriva en el mar.
El Pesquera II, de media altura, que se encontraba atracado en el muelle de Puerto Quequén fue arrancado y llevado por la corriente hasta el antepuerto, donde quedó escorado y se hundió, sin tener tripulantes a bordo.
Para la misma fechan también se hundió en el canal de acceso al puerto el pesquero Anna C. Mientras que el Caribea, que había quedado inmovilizado en el puerto por problemas legales en 1978, fue arrastrado y quedó varado en cercanías de la Colonia Pinocho, en Quequén.
[6] El impacto de la inundación también tuvo sus consecuencias en el largo plazo, ya que provocó un quiebre en las lógicas turísticas, portuarias y de sociabilidad portuarias quedaron truncas, y que continúan ante la nunca concretada reconstrucción del puente Ezcurra.