Su función principal es absorber los nutrientes y el agua que se ingieren durante el proceso de alimentación.El duodeno tiene unos 25 centímetros (cm) de largo y termina en el yeyuno, que mide 2,5 metros (m) y continúa para formar el íleon, que mide 3,5 m. Dado que yeyuno e íleon tienen una estructura muy parecida y se encuentran uno a continuación del otro, en ocasiones se designan de forma conjunta como yeyuno-íleon.[2][3] El intestino grueso tiene entre otras funciones la reabsorción del agua, lo que produce la compactación de los residuos para formar las heces que son expulsadas a través del ano durante el proceso de defecación.En el interior del intestino grueso existen gran cantidad de bacterias beneficiosas, que se conocen en conjunto como microbiota intestinal, las cuales sintetizan la vitamina K y algunas vitaminas del complejo B.[5] El sistema nervioso entérico consta de unos cien millones de neuronas que están incrustadas en el peritoneo, el revestimiento del tracto gastrointestinal que se extiende desde el esófago hasta el ano.
Esquema de las células del epitelio intestinal y de las rutas de permeabilidad selectiva (flechas rojas).