Se establecieron en una capilla, Nuestra Señora del Carmen, otorgada por la hija de José María Bosch, María Helena Bosch; a la congregación de los Josefinos de Murialdo, teniendo así a su primer sacerdote, Mario Donatti.
Al año siguiente, el Arzobispo de Turín, Monseñor Ferré, lo ordenó sacerdote en 1851.
Ese mismo año murió su madre a causa de una penosa enfermedad.
En 1857, siendo aun sacerdote diocesano, Murialdo no ingresa a los Salesianos, pero colabora con San Juan Bosco en los oratorios de dicha congregación en Turín.
Viajó a Francia, donde estudió Teología y Apologética en el Seminario de San Sulpicio de París, durante dos años, y regresó a Italia en 1866, para asumir la dirección del Colegio Los Artesanitos de Turín, fundado por el sacerdote italiano, Padre Juan Cocchi.