Se llama inmunogenicidad a la capacidad que tiene un antígeno de activar el sistema inmunitario e inducir una respuesta inmune.
[1] Cuando la inmunogenicidad es parte de la actividad farmacológica esperada, como en las vacunas, esta respuesta no se considera un efecto adverso.
Sin embargo, cuando dicha inmunogenicidad no es parte de las propiedades farmacológicas del compuesto pueden aparecer reacciones inmunotóxicas que afecten tanto a la eficacia como a la seguridad del medicamento.
Además, debido a las pequeñas diferencias entre lotes de productos biotecnológicos, se pueden dar reacciones inmunológicas adversas al administrar este tipo de medicamentos a algunos pacientes que pueden no tener problemas con otro lote del mismo medicamento.
No es posible predecir la inmunogenicidad en pacientes que no presenten deficiencias o enfermedades características debido a la particularidad del sistema inmune de cada persona y de las consecuencias clínicas tan diversas que pueden darse.