A pesar de esto, en Chile se instalaron varios japoneses que arribaron en pequeños grupos durante el siglo XX.
El número de colonos japoneses en Chile nunca fue superior a 900 entre 1910 y 1940.
La mayoría de los hombres issei se casaban con mujeres chilenas.
Sus hijos, los nisei, fueron criados con la creencia de "si van a vivir en Chile, que sean chilenos".
El primer encuentro permitió identificar a los futuros líderes dispuestos a participar de NETNI-Chile, así como generar vínculos entre las antiguas y nuevas generaciones de descendientes.
La segunda edición del encuentro fue nombrada "Construyendo líderes de cambio".
En esta oportunidad los jóvenes pudieron generar fuertes vínculos con las antiguas y nuevas generaciones de nikkei, gracias a la participación de personalidad destacables del mundo nikkei chileno, dando paso a vislumbrar nuevas oportunidades de crecimiento para la comunidad nikkei chilena.
La mayoría de los japoneses chilenos son cristianos católicos, mientras que existen algunas minorías budistas y sintoístas.