Históricamente, la inmigración árabe en Brasil ha sido una de las corrientes migratorias de mayor envergadura, tanto a nivel continental como a nivel mundial, habiendo alcanzado su punto máximo a mediados del siglo XX, aunque se mantiene de forma constante hasta la actualidad.
[6] Hubo muchas causas para que los árabes abandonaran sus países de origen en el Imperio Otomano, entre las que se encontraban, por ejemplo, superpoblación en el Líbano, servicio militar obligatorio en el Líbano y Siria y persecución religiosa por parte de los turcos otomanos a las minorías cristianas de Medio Oriente.
La inmigración árabe a Brasil creció también después de la Primera Guerra Mundial y el resto del siglo XX, aunque en menor medida que décadas pasadas.
La población recién llegada se concentró en los estados de São Paulo, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, Goiás y Río de Janeiro.
En cambio, la mayoría, especialmente los de las generaciones más jóvenes, hablan portugués como primera lengua.