Informe Leuchter

El informe Leuchter es un documento pseudocientífico[1]​ escrito por el técnico de ejecución estadounidense Fred A. Leuchter, a quien Ernst Zündel le encargó que lo defendiera en su juicio en Canadá por distribuir material de negacionismo del Holocausto.

Al no discriminar contra eso, Leuchter introdujo un factor poco confiable en su experimento, y sus hallazgos tuvieron serias fallas como resultado.

Admitió ante el tribunal no tener ninguna formación ni experiencia en Toxicología, Biología o Química.

Se descubrió también que, aunque tenía cierta experiencia en sillas eléctricas e inyecciones letales, no tenía conocimiento alguno sobre cámaras de gas, al contrario de lo que había afirmado antes.

Leuchter desconocía qué parte había sido reconstruida, por lo que no pudo acreditar si las muestras correspondían a material original de las cámaras de gas.

Sin embargo del análisis de los resultados no puede deducirse necesariamente dicha conclusión, así que esta es inválida.

Los planos utilizados en su construcción, especificaciones técnicas y pedidos a empresas suministradoras se conservan en el museo de Auschwitz.

Es falso que se necesite sistema de calefacción: 25 °C es el punto de ebullición del HCN contenido en el Zyklon B, pero no es necesario que dicha temperatura se alcance para que el veneno se difunda: dada su muy alta presión de vapor, es plenamente eficaz a temperaturas ambiente más bajas e incluso próximas a cero, tal como se reseña en informes de experimentos de campo realizados por los propios fabricantes.

Una vez abiertas las puertas aún había que desalojar los cadáveres y limpiar con mangueras de agua los restos de vómitos, sangre, etc que hubiesen quedado, todo lo cual llevaba su tiempo.

Si hubiese necesidad de entrar en la cámara inmediatamente después del gaseo, el personal encargado podía ser equipado con la máscara antigás normalizada del ejército alemán, para la que existían filtros adecuados totalmente eficaces contra el Zyklon B.

El Zyklon B es explosivo sólo en concentraciones superiores a 56 000 ppm.

Existen aún numerosas puertas análogas a las de las cámaras de exterminio en Auschwitz en las que puede apreciarse que abrían hacia y desde fuera, con manillas y bisagras al exterior del cuarto.