Himmler aceptó el informe, pero ordenó a Korherr cambiar el eufemismo utilizado para el asesinato de los judíos en el documento de la cada vez más conocida Sonderbehandlung o «trato especial», por la palabra Durchgeschleust o «trasladados».
El informe también admitía que esas muertes eran probablemente un total parcial, ya que excluía de forma expresa a los que murieron por causa de las duras condiciones en los guetos y en los campos de concentración.
Declaró también que había dado a Korherr «Toda nuestra materia sumamente secreta.
Todos los envíos, en la medida en que nos lo habían sido relatados».
Y en sus propias palabras: En ese momento Korherr trabajaba para la RFA, en el Ministerio de Hacienda (Bundesministerium der Finanzen), después de la guerra, afirmando que no entendía las cifras que figuraban en su propio informe, o a lo que se refería, por lo que fue finalmente despedido de su puesto en 1961.