Incidente de la cabila de Anyera

Los cabileños arrancan de la piedra que marcaba el límite del campo, el escudo de España.

[1]​ Este incidente, reportado con indignación por el gobernador militar de Ceuta, se convierte en un auténtico casus belli para España, donde se pone en marcha una campaña patriótica pidiendo que se declare la guerra a Marruecos a fin de lavar la ofensa al honor herido.

Para financiar la campaña militar que se vislumbraba, se puso en marcha una suscripción "popular" para recaudar dinero para pagar los gastos de guerra, donde incluso la reina Isabel II ofreció sus joyas.

Finalmente, después de una serie de ultimátums, en medio de este ambiente de exaltación patriótica, el gobierno del general Leopoldo O'Donnell declara la guerra al Sultán del Marruecos.

Mediante estos tratados, España obtuvo las siguientes concesiones: