Incidente de Tientsin (1931)

Puyi fue receptivo al esquema, que vio como un posible trampolín para la restauración de su dominio sobre toda China; Por otro lado, temía convertirse en un peón de los japoneses, y los peligros para sí mismo si ese plan fallaba.

El Ministro de Asuntos Exteriores japonés, Kijuro Shidehara, se enteró del plan para devolver a Puyi a Manchuria y le ordenó al cónsul general japonés en Tientsin que se opusiera al plan.

En la tarde del 1 de noviembre de 1931, el Cónsul General contactó con Doihara, pero Doihara se determinó y declaró que si el Emperador estaba dispuesto a arriesgar su vida al regresar a Manchuria, sería fácil hacer que todo el asunto pareciera ser instigado por Realistas chinos; además declaró que hablaría con el emperador; y si el emperador no estaba dispuesto, enviaría un telegrama a las autoridades militares de Mukden para suspender la operación.

Durante la tarde del 2 de noviembre de 1931, Doihara visitó a Puyi y le informó que las condiciones eran favorables y que esa oportunidad no debía perderse.

Puyi parecía dispuesto a seguir el consejo de Doihara cuando le dijeron que la Casa Imperial de Japón favorecía su restauración, pero aun así se negó a dar una respuesta definitiva.

Los alborotadores arrestados juraron más tarde que a los provocadores japoneses les habían pagado cuarenta dólares mexicanos cada uno.

Puyi, como emperador de Manchukuo, 1932.