Los impuestos a las exportaciones, derechos de exportación, aranceles de exportación o retenciones, es una clase de impuestos, percibidos por las aduanas que se aplican sobre bienes exportados, o servicios que los residentes prestan a los no residentes.
[2][3] El impuesto se percibe según el tipo de bien exportado.
La falta de pago del impuesto, cuando se realiza mediante ardid o engaño, constituye delito de contrabando.
Los países que más recaudan por vía de los impuestos a las exportaciones son China, Indonesia, Bielorrusia y Rusia.
[2] Entre los países desarrollados se destacan Noruega y Suecia, que promueven su poderosa industria maderera y del papel con un esquema de impuestos a las exportaciones de madera sin industrializar.