Imán[1] (en árabe: إمام, romanizado: imām, "que predica la fe"), también escrito como imam,[2] es una posición de liderazgo en el islam.En este contexto, los imanes pueden dirigir los cultos, servir como líderes comunitarios y brindar guía religiosa.Con mayor frecuencia, sin embargo, el término se refiere a los califas en la literatura jurística suní.En términos cotidianos, el imán para los suníes es quien lidera las oraciones islámicas formales (Fard), incluso en lugares distintos a la mezquita, cuando quiera que se hagan oraciones en grupos de dos o más personas, una persona dirigiendo (imán) y las demás siguiéndole, copiando sus acciones rituales de culto.Todas las mezquitas tienen un imán para dirigir las oraciones (congregacionales), aunque en ocasiones sea solamente un miembro de la congregación reunida más que una persona asalariada y designada oficialmente.Sin embargo, no es así: el islam suní carece de clero y un imán, en principio, puede ser cualquier persona que conozca bien el ritual del rezo.Se espera que estos oficiales pertenezcan a la escuela hanafí de la rama suní.La historia del chiismo está marcada por numerosos desacuerdos con respecto a la identidad y número preciso de los imanes, así como respecto a cómo deben definirse la autoridad y funciones de los imanes.Para los chiíes, Dios no puede admitir que el hombre camine hacia su perdición, y por ello envió a los profetas para guiarle.La muerte de Mahoma, sin embargo, puso fin al ciclo profético según la creencia general del islam.Esta reivindicación, que en su origen tenía un carácter político, adquirió con el tiempo una importante dimensión teológica.