Según la mitología maya, Ikí Balam, Ik’i B’alam o Iquib Balam (del maya, Jaguar de la Luna), fue uno de los cuatro caudillos mayas votánides que poblaron el sur de Yucatán.
Los otros tres fueron Balam Ketzé (el Jaguar que Ríe), Balam Akab (el Jaguar de la Noche) y Makukutah (El que Está Sentado).
Los primeros hombres creados partieron a la ciudad mítica de Tula, donde les fueron entregadas sus deidades respectivas.
Por esta razón, posteriormente secuestraron a los habitantes de los otros pueblos para sacrificarlos ante sus deidades.
Finalmente, murieron dejando atrás el Envoltorio Sagrado a su descendencia.