De aquel conjunto destaca su iglesia, que fue realizada en la segunda mitad del siglo XVII.
Todo el presbiterio está decorado además con pinturas del siglo XVIII que están tribuidas a Domingo Martínez y que representan distintas alegorías sobre las obras de Misericordia, y de este mismo tiempo data el altar de azulejos decorados con ángeles y flores.
Al exterior muestra su portada de acceso, levantada en la nave del Evangelio.
Sobre las pilastras corre un sencillo entablamento de donde parte un frontón recto roto y el enmarcado de la ventana superior que se corona con un frontón recto completo.
Entre ellas se citan aquí: la del Santo Entierro, La Amargura, La Cena, La Redención, Las Siete Palabras y el último de la Pasión.