La iglesia, construida en origen en estilo románico, ha sufrido diversas reformas a lo largo de su historia.
[2] Su imagen actual presenta una mezcla de distintas épocas y estilos constructivos.
En el siglo XX, se cortó la capilla barroca ubicada a la derecha del altar mayor para facilitar la circulación y se demolió la capilla del lado de la Epístola, la sacristía vieja, para dejar exento el ábside, descubriéndose canecillos y capiteles de los huecos.
En el muro sur de la nave central, enfrentados a los muros formeros anteriormente descritos, se abren otros de similares características destinados a alojar altares secundarios.
El cuerpo de la nave central más elevado se resuelve con potentes contrafuertes.