Fue construida a mediados del siglo XIX por el arquitecto Silvestre Pérez.
Esta se construyó ya que su predecesora, la iglesia Santa María de la Tala debido a un muy mal estado de conservación, se tuvo que derruir, y debido a la gran cantidad de fieles de Bermeo las otras dos iglesias no podían albergarlos a todos.
Iniciadas sus obras en 1823 y aunque terminaron en 1858 no lo inauguraron hasta 1866, aun así no estaba completada ni por dentro ni por fuera con la prisa que tenían por reemplazar a la vieja iglesia de la Tala.
El edificio es neoclásico, con dos torres a los lados, el lado derecho tiene un campanario el otro no se llegó a construir.
La planta es de cruz griega con una gran cúpula cuadrada que remata en el centro.