[5] En 1803, recibe donación de José Encarnación Valdés de muebles y enseres necesarios para celebrar la liturgia, y poco después recibe reparaciones por la abundantísima humedad que sufría.
La capilla estaba situada en la orilla de la calzada, en un sitio prácticamente despoblado.
[4] Hasta entrado el siglo XX sus alrededores estuvieron despoblados.
Los vecinos la remodelaron en una época no muy clara del siglo XX,[8] quitándole algunos de sus adornos anticuados pero mandándola pintar[4] En 1953 sufrió una nueva reforma estética, con el añadido de otra nave y una falsa cúpula en el campanario, que le da el aspecto que tiene actualmente.
Más adelante recobró el nicho, pero el ojo de buey fue reemplazado por una amplia ventana en forma de cruz latina; el campanario recibió una falsa cúpula.