A su lado se encuentran los restos del antiguo castillo de Tona.
La iglesia documentada por su consagración en el año 889, fue substituida por otra de arquitectura lombarda, datada en la primera mitad del siglo XI.
El culto se mantuvo hasta el siglo XVIII, que se trasladó a la iglesia de Santa Maria del Barri o llamada también Ermita de Lurdes.
En unas excavaciones arqueológicas, efectuadas en el año 1943, se encontraron restos de la antigua iglesia del siglo IX, tumbas antropomorfas, monedas y un capitel prerrománico, que se conservan en el museo de Tona.
En el exterior, el ábside está decorado con arcuaciones ciegas entre lesenas (propio de la arquitectura lombarda); la misma decoración se repite en los muros del norte y del sur.