La iglesia de San Torcuato era un templo románico situado junto a la puerta de San Torcuato junto a la murallas (aproximadamente en la actual plaza del Maestro).
[4] El advenimiento de los trinitarios a Zamora, que ocurre a finales del siglo XVI, no cuenta con la ayuda de un benefactor solvente que apoyara financieramente con la construcción del convento e iglesia.
Rui Díaz es quien en 1592 dona al nuevo convento su propia casa, la huerta, el herreñal y palomar colindantes con dicha capilla.
Destaca en su interior el retablo mayor, obra barroca de principios del siglo XVIII.
Sus autores fueron Antonio Tomé (escultura),[7] y el marmolista italiano Andrés Verda el retablo de estuco.