El primitivo campanario o espadaña fue sustituido por uno con dos cuerpos con tres campanas y en 1688, durante una Visita Pastoral del cardenal Salazar, obispo de Córdoba, ordenó que se devolviera a la ermita de San Sebastián una campana que había sido llevada a la cercana Iglesia de San Miguel Arcángel.
Entre los años 1964 y 1965 se edificó la casa parroquial, utilizando la que había sido hasta entonces casa del santero, obra que proyectó y dirigió el párroco del momento, Don Rafael Gutiérrez Márquez.
También se le modificó la cabecera, añadiéndosele una cúpula con linterna que no aparece nunca en este tipo de edificios, así como tampoco suelen aparecer las cuatro capillas laterales, de planta rectangular y cubiertas por bóvedas de cañón con lunetos, abiertas de forma simétrica en los tramos más cercanos a la cabecera.
Junto al presbiterio está la sacristía parroquial y a los pies se encuentra la portada principal, construida en granito, con arco de medio punto con moldura exterior, precedida por un pequeño pórtico de tres arcos peraltados sobre columnas toscanas.
La fachada del edificio se completa con una espadaña con dos cuerpos construidos en granito que albergan las campanas.