Estos serían los restos de la citada fortaleza romana y posteriormente castillo medieval.
Restaurada recientemente por la Diputación General de Aragón, se ha hecho incidencia en la reparación del campanario, tejado, ventanas y contrafuertes.
Sobresale entre todos ellos el retablo de tipo catedralicio del altar mayor dedicado a San Miguel Arcángel y colocado ante el ábside poligonal de la cabecera del templo.
El retablo con San Miguel Arcángel ocupando su centro, es una obra renacentista en madera tallada.
A los dos lados del mismo hay dos esculturas que representan a San Bernardo y San Benito y que fueron traídas del Monasterio de Piedra.
En un edificio anexo al ábside se localiza la sacristía del siglo XVII.