Desapareció en el siglo XVIII aunque subsisten restos de su planta.
Posiblemente habría llegado del lugar de La Cuesta, en las Tierras Altas.
Debió cambiar su advocación por San Miguel de la Cuesta, tal como aparece citada en un documento fechado en 1608.
Se trata de una pequeña plataforma, empedrada con losas y orientada hacia el Este, actualmente identificada junto a la carretera de las Siete Curvas.
Hay en ella una escalinata, y parece que su importancia no fue grande; junto a ella en la excavación practicada, se halló una tumba enlosada con piedra hendida para la cabeza.