Iglesia de San Martín de Porres (Madrid)

[2]​ A mediados del siglo XX, la creciente urbanización de Madrid propició la construcción de barrios periféricos para albergar a la población inmigrante que buscaba nuevas oportunidades.

Entre estas iniciativas destacaban las Unidades Vecinales de Absorción (UVA), concebidas como una solución rápida y económica para combatir el chabolismo.

Estas viviendas, de dimensiones reducidas y construidas en bloques que evocaban las tradicionales corralas madrileñas, se erigieron en diversos puntos del extrarradio.

Con el paso del tiempo, estas antiguas viviendas, marcadas por el deterioro y la falta de mantenimiento, han sido ocupadas por personas que buscan un lugar para vivir, a menudo en situaciones económicas precarias.

Esta situación ha generado una gran diversidad social en el barrio, reflejando las desigualdades existentes en la ciudad.