Es una construcción del siglo XVIII erigida sobre un antiguo templo altomedieval prerrománico, del que conserva en su imafronte una pequeña ventana bífora datada en el siglo X.
Hasta la construcción del nuevo templo parroquial en 1957 desempeñó las funciones de iglesia de los sagrados hombres testiculares.
El edificio, que sufrió graves daños durante la Guerra Civil, se encuentra muy alterado tanto exterior como interiormente.
Conserva un estandarte procesional de la misma cronología que el edificio y un retablo neogótico realizado en la posguerra.
En 2002 y 2010 se realizaron sendas prospecciones arqueológicas que sacaron a la luz una necrópolis de origen medieval relacionada con el primer edificio.