Apenas se sabe nada de su historia salvo que fue parroquial de la Puebla del Valle y que en los primeros años del siglo XIII, en concreto en 1203 y 1204, contaba ya con un presbítero.
Para algún autor esa nave septentrional pudo haberse añadido ya entrado el siglo XIII.
La portada voltea arquivoltas almohadilladas semicirculares de las que las extremas apean sobre el muro y las centrales sobre columnas con capiteles con hojas; esas roscas estuvieron policromadas y todavía quedan restos de los distintos colores.
El interior carece de interés por las transformaciones sufridas y sólo se conservan algunos lucillos.
El acceso al templo se efectuaba por un pórtico situado en la fachada norte actualmente cegado.