La construcción, realizada entre 1779 y 1783, es debida fundamentalmente al reducido tamaño de antigua ermita y a la actitud decidida de Francisco Tomás Guerra Clavijo, el Mayor Guerra, quien moviliza a la vecindad a través de una suscripción popular, y colabora con donativos para levantar el nuevo edificio.
Paulatinamente la iglesia va vendiendo sus propiedades, posiblemente para poder hacer frente a los gastos de mantenimiento; y no es sino después de la segunda década del siglo XX cuando se compra la Casa Parroquial.
La iglesia posee una planta de cruz latina con la sacristía detrás del presbiterio.
Hace unos años se construyó una nueva capilla colateral al muro del evangelio con puerta directa desde la plaza.
Del edificio antiguo solo se conserva la sacristía y en la Capilla de la Epístola está enterrado su fundador.