Su conversión a uso como iglesia creó un santuario de doble altura.
El libro AIA Guide to New York City en su quinta edición del 2010, lo describió como "una extraordinaria conversión de una casa adosada.... Su ascendencia ibérica está expresada tanto en el lenguaje de sus servicios como en su fachada con su diseño colonial española.
"[3] Hoy en día la iglesia sigue siendo popular entre la variada comunidad hispana de Nueva York.
La iglesia sigue sirviendo tanto a españoles, españoles-estadounidenses, puertorriqueños, mexicanos y otros hispanoamericanos.
[1] La rápida expansión de la población mexicana a finales del siglo XX abrumó la pequeña iglesia, lo cual obligó a que la parroquia se mudase a la colindante y más grande congregación de San Bernardo.