Lleva dicho nombre por la misión franciscana Misión (Jesús de) Cavinas, donde los cavineñas estuvieron confinados a finales del siglo XVIII y donde algunos cavineñas todavía viven hoy en día (Guillaume, 2012).
El término 'cavineña' es utilizado para hacer referencia tanto a la lengua como al grupo étnico.
[2] Aunque el cavineño todavía se habla activamente y es aprendido por algunos niños, es una lengua en peligro de extinción.
Antes de los primeros contactos con los misioneros españoles, parece que los cavineñas vivían entre los ríos Madidi y Beni.
En lo que respecta a las cláusulas dependientes (o subordinadas), Guillaume señala que el cavineña no presenta cláusulas de complemento, sino más bien estrategias de complementación.