En un relato del año 1630 describe la cruz adornada por una gran cantidad de tallas religiosas, erigida sobre varios escalones y un pedestal.
En 1502 el legado del papa Paulo III concedió a sus visitantes “siete años y siete cuarentenas de perdón”, tras las consiguientes visitas y rezos en días señalados como el Día de la Cruz, la Ascensión, Pentecostés, etc. Se citan crónicas que relatan que se reconstruyó, por cuenta de la ciudad, en 1540 y 1690.
Redactado, visado y entregado a la entidad municipal por los técnicos anteriormente citados (fechado en 1990).
Pendiente del concurso y de la correspondiente adjudicación, cambió la composición del ayuntamiento en las elecciones municipales de ese año, se paralizó el expediente y se abandonó hasta la fecha presente.
Actualmente se encuentra en la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra.