El relieve es llano atravesado por cañones conocidos popularmente como tajos.
Los ríos principales son el Guadalevín y el Guadalcobacín, que en su confluencia forman el Guadiaro.
La vegetación está formada por encinares y alcornocales con presencia de quejigos en las zonas más húmedas.
La intervención humana ha provocado su adehesamiento, con tierras de labor, olivares, pastos y zonas urbanizadas.
La presión ganadera ha provocado la degradación del encinar hacia matorrales como tomillo, romero y esparto entre otras.