El objetivo del momento era que los enfermos mentales dejaran de ser una carga para sus familias, así como crear un moderno centro alejado del concepto de manicomio de la época.
Desde entonces se han estudiado diferentes proyectos para el complejo.
El hospital, ubicado al oeste de la capital, fue diseñado por el arquitecto Antonio Escario con una superficie construida de 36 000 metros cuadrados.
Estaba formado por pabellones, contando con instalaciones como capilla, teatro, recintos deportivos, jardines, tiendas o peluquería, como si se tratara de una pequeña ciudad para ofrecer a sus habitantes, en este caso los enfermos, una vida normalizada.
[1][2][3] El inmueble forma parte del Registro Docomomo Ibérico.