Los hornos eléctricos son totalmente automatizados; la cocción es la más perfecta por el control que mantiene sobre la temperatura en todo momento.
Cierto que el consumo de electricidad es oneroso, aunque en los modernos no es excesivamente alto.
El primer horno con ventilador para hacer circular el aire se inventó en 1914, pero nunca llegó a fabricarse en serie.
Para evitar una cocción excesiva antes de que el centro esté hecho, la temperatura suele reducirse unos 20 °C (40 °F).
Además, como el aire está bien mezclado, se mantiene una temperatura muy uniforme en el horno.