Horcos
En esta faceta punitiva Horcos era compañero inseparable de Dice, la justicia, y estaba asistido por las terribles erinias.Huyendo de la ciudad se encontró con Horcos, y le preguntó que cada cuanto tiempo solía volver a cada sitio en busca de perjuros.Ese mismo día se topó con Horcos, que lo arrojó desde un precipicio explicando que si bien solía regresar cada treinta o cuarenta años, podía hacerlo el mismo día cuando intentaban provocarle.También hacían un juramento solemne ante esta estatua los encargados de elegir los atletas y los caballos para las pruebas.Prometían no haber sido sobornados para esta elección y que guardarían secreto sobre los motivos de la misma.